Una de las características de un hospital es que está operativo, aunque sea parcialmente, las 24 horas y 365 días al año. Debe de disponer de los medios técnicos y humanos para poder diagnosticar y tratar a los enfermos. También disponen de un departamento de urgencias, donde se tratan aquellos casos en los que el enfermo no puede esperar y se le debe atender inmediatamente. Por ejemplo, personas que han sufrido un accidente de tráfico, caídas graves o empeoramiento repentino de pacientes con enfermedades importantes.
El hospital debe albergar, en ocasiones, a enfermos por largo tiempo. Por ese motivo tiene habitaciones con camas, salas con cocinas y servicios higiénicos; así como estancias de descanso para los enfermos que ya pueden abandonar el lecho. Existen además salas para las operaciones quirúrgicas (quirófanos), laboratorios para hacer análisis (de sangre, orina, etc.), y para cuidados intensivos (UCI), entre muchos otros servicios.
Un hospital moderno es agradable, equipado, pintado con tonos suaves, pero es mejor no tener la necesidad de acudir a él, ¿verdad? Primero te damos unos pequeños consejos para que tengas una vida sana y, por tanto, más posibilidades de no tener que acudir enfermo a un hospital. Posteriormente los explicamos en unas pocas líneas:
El cuerpo humano es un mecanismo fuerte y delicado al mismo tiempo. Lo forman millones de células, visibles sólo al microscopio, y diferentes entre sí. El esqueleto de un adulto, que es el sostén del cuerpo, está formado por 206 huesos. Puede soportar esfuerzos y pesos, pero se deforma por una posición habitual y errónea (por ejemplo cuando caminamos con la espalda encogida o estudiamos sin tener los hombros bien derechos) y se rompe con un golpe imprevisto, por ejemplo una caída.
Los músculos, al contraerse y relajarse, permiten mover los miembros, pero tienen necesidad de reposo y no deben acumular cansancio. El corazón distribuye la sangre en las arterias y en las venas, en una circulación continua. Es una pequeña bomba de la que depende nuestra vida y que no debemos cansar con esfuerzos excesivos. La sangre corre por el organismo llevando a las células el oxígeno y eliminando prontamente lo nocivo.
Al respirar los pulmones se llenan de oxígeno y lo hacen pasar a la sangre: el humo, el aire de un local cerrado y atestado, el gas de los automóviles es perjudicial a los pulmones, por eso buscamos el aire puro del campo y de los bosques.
El estómago y el intestino reciben la comida y la digieren convirtiéndola en minúsculos trocitos que van a nutrir las células, que pueden ser dañadas con comidas inadecuadas o por las indigestiones. Es conveniente que lleves una dieta sana y equilibrada.
El cerebro, la médula espinal y los nervios son los centros que ordenan al cuerpo que se mueva y son como cables por los que se desplazan las órdenes, pero necesitan calma, reposo y silencio. Los ojos son mucho más perfectos y más complejos que una cámara fotográfica, pero deben protegerse de la excesiva luz y del polvo. Si tienen algún defecto debe ser corregido por medio de lentes.
La efectividad de nuestro cuerpo se mantiene con la higiene, que quiere decir limpieza con uno mismo, de sus cosas y de la casa. Siguiendo estos sencillos consejos y hábitos saludables, tendremos más posibilidades de no tener que acudir a un hospital.
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