El nogal común, es uno de los árboles más bellos y majestuosos. Su fruto es la nuez y este alimento tiene muchas propiedades saludables para nuestro organismo. En CurioSfera-Recetas.com, te explicamos las principales características del nogal y su fruto.
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Características del nogal
El nogal, cuyo nombre científico es Juglans regia, es uno de los árboles más extendidos que hay por todo el mundo y se conoce desde hace ya varios miles de años. Se cultiva principalmente por su madera, por su fruto (la nuez), y sus aromáticas hojas. Además, se le atribuyen muchas propiedades medicinales.
Puede llegar a alcanzar una edad de 200 a 300 años y una altura media de 20 a 25 metros, pero hay ejemplares que superan los 30, es decir, como una casa de siete pisos. El tronco del nogal es recto, robusto y corto. La corteza, de color gris ceniza, es lisa, pero con los años se hace rugosa. La copa es tupida, redondeada y amplia. Sus ramas suelen ser gruesas y robustas. Sus hojas tienen un tamaño de entre 25 y 35 centímetros. Su forma es asimétrica y de color rojizo al nacer, aunque se tornan verde oscuro posteriormente.
El nogal es un árbol que se adapta a todos los países de la zona templada, pero el clima que prefiere es el de las colinas situadas junto a mares de temperatura media. Su origen es asiático, de donde pasa primero a Grecia, y después al resto de Europa y a América. La madera del nogal es muy apreciada por su dureza, color, textura y aspecto. Se utiliza muchísimo para la fabricación de muebles, si bien, es necesario barnizarla convenientemente ya que es fácilmente atacada por la carcoma.
Fruto del nogal: la nuez
¿Cuál es el fruto del nogal? La respuesta es: la nuez. Este fruto es una drupa que contiene en su interior lo que denominamos nuez. Mientras que en los melocotones y las ciruelas, por ejemplo, se come la pulpa y se desprecia el hueso interior, en el caso del fruto del nogal es al revés: se le quita la pulpa, llamada ruezno, y se come el interior, llamado escuezno.
El ruezno, al principio es verde; pero después, al madurar se ennegrece, se parte y se desprende de la nuez. Para recolectarlas, dada la dificultad de subir al árbol y arrancarlas una a una, se recurre al método del vareaje. Se toma una larga vara y con ella se golpean las ramas del nogal, haciendo caer los frutos. Las nueces, desprovistas del ruezno, se ponen al sol durante varios días y después se guardan en locales secos.
Aparte de las nueces, se aprovechan también las hojas y el ruezno, de los que se obtienen productos colorantes y medicinales. Las nueces secas son muy nutritivas, pues contienen casi un 50 % de aceite. Muy nutritivos son asimismo otros frutos con cascara, como las avellanas, los cacahuetes o manises y las almendras.
Todos forman parte, junto con las nueces, de los denominados “frutos secos”, que comprenden también otras frutas desecadas, muy ricas en azúcar, de algunas especies que normalmente se comen frescas. Como por ejemplo, las pasas (hechas con un tipo de uva) las ciruelas secas y los higos secos, que acompañan nuestras comidas sobre todo en invierno.
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